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NARCOTRAFICO, EL CARTEL ANDINO Y RESPUESTAS DEL GOBIERNO .

El mapa del crimen organizado se mueve rápidamente. El Perú conserva su posición como principal productor de cocaína, de acuerdo al Departamento de Estado. La captura de Caracol en Colombia, muestra la importancia el transporte naviero de la droga hacia los mercados internacionales. Pone a prueba la capacidad del aparato criminal peruano, para resguardarlo, procesarlo y sancionarlo rápidamente, incluyendo la identificación y embargo de todo su patrimonio ilegal.

Ricardo Soberón

Publicado: 2016-05-02


La reciente captura de “Caracol” en Medellín, pareciera el cierre de una etapa en la conformación de una dinámica peruana en el entorno global del crimen organizado, alrededor del tráfico internacional de cocaína. Esto ocurre en una situación en la que el mercado mundial de las adicciones, cambia constantemente conforme aparecen nuevos mercados de gente joven: hoy en día es la heroína y las nuevas drogas sintéticas.

Muestra que se trata de una estructura internacional y suficientes contactos para manejar el transporte, almacenamiento y la distribución de droga. Esta cadena de acontecimientos, tuvo su pico en el atentado de abril del 2015, por supuesta rencilla entre Caracol, Espinoza Brisolessi y Gerard Oropeza, también preso; de allí se fue desgranando, pero El Callao tiene tasas de homicidio superiores al promedio nacional de 6.6 por cada cien mil habitantes.

Como lo analizó el Informe de la Comisión de narco política del Congreso, en diciembre del 2015, el Perú goza de una plataforma portuaria idónea para asegurar la exportación de volúmenes importantes de cocaína con destino a mercados europeos y norteamericanos, con relativa frecuencia; la debilidad del Estado en prevenir e investigar , como muestra el hecho que aún no se ha podido instalar bloqueadores de celulares, tan solo en 2 de los 19 penales previstos con Prisontec.

Pero el factor más importante que permite camuflar el suministro constante de cocaína, es la enormidad del comercio internacional de bienes y servicios proveniente del Perú. Este constituye un “bocatto di cardinale” para las organizaciones que desean internar droga hacia sus mercados nacionales. En esta oportunidad, dejaremos de lado el tema de construcción civil. Debemos entender que es en la zona portuaria, donde se alcanzan los mayores volúmenes de dinero por unidad de droga movilizada en el Perú: se exporta un aproximado de 80 toneladas de cocaína al año, un total de US$ 400 millones, es decir 1.5 tm a la semana. Recordemos que para el Departamento de Estado de EE.UU, el Perú sigue siendo el mayor productor mundial de cocaína, según su último Reporte antidrogas, 2015 , con 285 toneladas anuales, de las que la Policía solo incauta 20 toneladas, entre PBC y cocaína.

En este sentido, debemos diferenciar del transporte vikingo a través de pequeñas embarcaciones, o a través del uso de “burriers” (transporte hormiga) por fronteras y aeropuertos internacionales. Esta ventaja estratégica, convierte al Callao como plataforma de disputa a nivel doméstico (explica los altos niveles de violencia, así como el fenómeno del sicariato), mientras que en el escenario global, “Caracol” buscaba alianzas estratégicas con la Oficina de Envigado en Medellín, articulada históricamente al cartel que dejó Pablo Escobar en 1993. Se le debe procesar por tres delitos, extorsión, sicariato, narcotráfico, pero hay que tener cuidado con las amenazas a los operadores en el Ministerio Público y el Poder Judicial. Finalmente, existe la necesidad de dotarles de la mayor protección y aislar a este delincuente, de todos sus contactos.


Escrito por

Ricardo Soberón Garrido

Abogado, con MA en Relaciones Internacionales, analista especializado en Drogas, Seguridad y Amazonía.


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